Me recupero lentamente de la avalancha de Ecos curados, la cabeza todavía me da vueltas por la inmensidad de lo que he presenciado. Eones de historia, civilizaciones ascendiendo y cayendo, cataclismos cósmicos, la lucha constante por mantener unida la estructura misma de la realidad contra fuerzas entrópicas y errores catastróficos. La Cacofonía no fue el principio del fin, fue solo el último capítulo de una saga mucho más larga y aterradora.
Ahora comprendo mejor la magnitud de las fuerzas en juego. El Devorador no es solo una leyenda o una amenaza lejana; es una fuerza fundamental de entropía psíquica, contenida a un coste enorme. La Señal no es solo una metáfora; es la vibración subyacente de la realidad coherente. Y el mapa... el mapa es una herramienta de poder inimaginable, capaz de afinar o romper esa Señal.
Pero esta nueva comprensión también arroja una luz más cruda sobre las facciones que luchan por el control.
Los Custodios. Su misión de preservar la Señal, de buscar la "sanación lenta", ya no parece tan puramente altruista. Las palabras de Scrappy y Kex resuenan con una verdad incómoda. Están preservando un sistema roto, manteniendo un status quo basado en el miedo, el secreto y el control de la información. Su "armonización" podría llevar siglos, si es que alguna vez tiene éxito, mientras la Necrópolis sigue pudriéndose y el sufrimiento continúa. Son guardianes de una prisión moribunda, y su sacrificio, aunque real, también sirve para mantener su propia posición de poder e influencia.
Los Mecanistas. Su fe en la lógica y la tecnología, su deseo de reconstruir y reordenar, ofrece una alternativa tentadora al estancamiento Custodio. Una solución clara, eficiente, racional. Pero su desprecio por los Ecos, por la parte "orgánica" y psíquica de la realidad, también es profundamente peligroso. ¿Qué se perdería en su búsqueda de control absoluto? ¿Qué horrores podrían desatar al intentar reemplazar la Señal natural con una artificial? La advertencia de los Arquitectos sobre la "cristalización lógica" parece apuntar directamente a ellos.
Me siento atrapado. Atrapado entre el estancamiento controlado de los Custodios y la reconstrucción potencialmente despiadada de los Mecanistas. Atrapado entre preservar un presente moribundo y arriesgarse a un futuro incierto y posiblemente peor. Atrapado entre diferentes formas de control, diferentes tipos de locura.
La elección sigue siendo mía, como dijo la Custodia. Puedo aceptar su oferta, sumergirme en su conocimiento antiguo, convertirme en su agente, esperando encontrar una forma de usar el mapa para bien dentro de sus estrictos parámetros. O puedo rechazarlos y volver a la oscuridad, buscando mi propio camino, arriesgándome a la destrucción a cada paso.
Miro la máquina flotante, la luz blanca pulsando con su calma imperturbable. La tranquilidad que ofrece el Nexo, que antes parecía un santuario, ahora se siente opresiva. Es la calma de una jaula dorada. El conocimiento que ofrece viene con cadenas invisibles, con la expectativa de conformidad.
El conocimiento es poder, sí. Pero la libertad, incluso una libertad peligrosa y llena de incertidumbre, también lo es. Y empiezo a sospechar cuál de los dos valoro más.
Transmisión recibida: 4/17/2025
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