TRANSMISIÓN 73
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Transmisión 73

Transmisión 073

Fecha: 14.03.2189 Hora: 16:00

Sigo adentrándome en los Distritos Olvidados, un reino de silencio opresivo y oscuridad primordial que hace que los niveles superiores parezcan bulliciosos en comparación. El mapa mental de la Custodia me guía a través de túneles excavados por los Arquitectos del Vacío, cornisas precarias que desafían la gravedad y cámaras cavernosas talladas en la roca madre del planeta. Aquí abajo, las estructuras de mi era, incluso las de la Era del Fulgor, son meras intrusiones superficiales sobre cimientos mucho más antiguos y cicatrices de cataclismos olvidados.

La oscuridad es casi total. La única luz proviene del débil resplandor interno que ahora genera mi propia sensibilidad a los Ecos, una luminiscencia fantasmal que apenas ilumina unos metros a mi alrededor. Es suficiente para seguir el camino indicado en el mapa mental, pero convierte cada sombra en un posible abismo y cada recoveco oscuro en una emboscada latente.

El aire es frío, seco, cargado con ese olor a ozono y piedra antigua, y una estática fundamental que hace que la realidad se sienta delgada, frágil. Los Ecos aquí son abrumadoramente viejos. Siento las vibraciones lentas y profundas de la propia roca planetaria, recuerdos fosilizados de eones de presión geológica. Siento los Ecos alienígenas de los Arquitectos –pensamiento puro, matemáticas complejas, conceptos de manipulación de la realidad– incrustados en las paredes talladas y en los restos de su tecnología cristalina. Es como caminar por la mente dormida de un dios muerto, una experiencia que empequeñece y aterra.

Mi sensibilidad, afinada tras la experiencia en el Nexo, es definitivamente más aguda. Puedo distinguir texturas en el flujo de Ecos, sentir las corrientes de energía residual, percibir las débiles cicatrices dejadas por eventos pasados con una claridad que antes era imposible. Es fascinante, un nuevo nivel de percepción. Pero también es agotador. Filtrar el ruido de fondo de estos Ecos antiguos y vastos requiere una concentración constante y un esfuerzo mental considerable. Siento que si bajo la guardia, si me dejo llevar por la inmensidad de estas resonancias alienígenas, mi propia conciencia podría disolverse.

Y siempre, siempre, está la otra sensación. La presencia constante del Cazador. No es un Eco normal, es una ausencia, un vacío frío que se mueve a través del océano de Ecos como un tiburón en aguas profundas. Lo siento a la deriva, a veces acercándose, a veces alejándose, barriendo la zona, siguiendo mi rastro psíquico. El círculo de arena plateada me ocultó temporalmente, pero ahora estoy de nuevo expuesto, un faro "ruidoso" en la oscuridad silenciosa. La caza no ha terminado. Mi perseguidor sigue ahí fuera, esperando.

Transmisión recibida: 4/17/2025

ID: 73