TRANSMISIÓN 78
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Transmisión 78

Transmisión 078

Fecha: 19.03.2189 Hora: 18:00

Al cruzar el segundo portal, la escala de la sala que se abre ante mí me deja sin aliento. Es vasta, sobrecogedora, incluso en la penumbra reinante. La Biblioteca Rota. El nombre es dolorosamente apropiado.

Imagino que una vez fue un lugar de orden y belleza sublime, pero ahora es un escenario de devastación silenciosa. Estanterías altísimas, hechas del mismo cristal oscuro que los portales y los pilares, se elevan hacia un techo que se pierde en la oscuridad a decenas, quizás cientos, de metros de altura. Pero muchas de estas imponentes estructuras están rotas, volcadas como gigantes caídos, o parcialmente derrumbadas en ángulos precarios. Enormes fragmentos de cristal oscuro, algunos del tamaño de un aerodeslizador, yacen esparcidos por el suelo como los dientes rotos de una deidad muerta.

Sin embargo, entre la destrucción, otras estanterías permanecen milagrosamente intactas. Y en ellas, descansando en nichos tallados con precisión, se encuentran los restos de una colección de conocimiento que desafía la imaginación. No son libros como los que conozco, ni siquiera como el que encontré de los Arquitectos. Son... cristales. Cristales de datos. De formas y tamaños increíblemente variados: esferas perfectas, poliedros complejos con docenas de caras, delgadas varillas facetadas, pirámides truncadas... Cada uno brilla débilmente con una luz interna de diferentes colores: azul pálido, verde esmeralda, ámbar cálido, violeta profundo. Son hermosos, hipnóticos, y siento que contienen universos de información.

El aire mismo vibra aquí. Vibra con el poder residual de tanto conocimiento almacenado y con la tragedia silenciosa de su destrucción. Los Ecos son increíblemente densos, más complejos que nada que haya sentido antes, ni siquiera en el Nexo. Es un palimpsesto de eras y mentes.

Siento las mentes frías y abstractas de los Arquitectos que crearon este lugar y consultaron estos cristales. Sus pensamientos sobre cosmología, física de dimensiones superiores, ingeniería de la realidad, fluyen como corrientes subterráneas.

Sobre ellos, siento los Ecos más recientes, más emocionales, de los eruditos y arcanistas de la Era del Fulgor. Aquellos que redescubrieron esta biblioteca olvidada e intentaron, con una mezcla de asombro y arrogancia, descifrar sus secretos. Siento su ambición, su curiosidad febril, y luego... su creciente pánico y desesperación cuando la Cacofonía se desató, cuando su propio conocimiento se volvió contra ellos.

Y bajo todo ello, siento el Eco del propio cataclismo que destrozó este lugar. Una oleada de violencia pura, el estallido de energía incontrolada que rompió el cristal como si fuera vidrio, el grito silencioso de la destrucción masiva, seguido por el silencio repentino y pesado que ha perdurado durante siglos.

Este lugar es un monumento. Un monumento al poder inmenso del conocimiento y a la fragilidad aterradora de la civilización. Es un lugar de grandeza inimaginable y de tristeza infinita. He llegado a la Biblioteca Rota, y su belleza devastada me sobrecoge.

Transmisión recibida: 4/17/2025

ID: 78