El Cazador se deja caer los últimos metros desde el pilar roto hasta el suelo de la biblioteca con una agilidad silenciosa y depredadora que hiela la sangre. Aterriza sin hacer apenas ruido sobre el polvo cristalino y se irguió en toda su altura antinatural, una silueta oscura y retorcida contra el tenue brillo de los cristales de datos. Sus harapos oscuros parecen retorcerse y ondular como humo sólido, y sus múltiples extremidades, delgadas como agujas, se flexionan con una promesa de violencia.
Inclina la cabeza, sus múltiples ojos rojos fijos en mí con una intensidad depredadora. Y entonces, siento de nuevo esa voz fría y ajena resonando directamente en mi mente, burlona y desapasionada.
¿Has encontrado lo que buscabas, pequeño archivero? ¿El conocimiento te protegerá ahora?
Retrocedo instintivamente, tropezando con un fragmento de cristal en el suelo. Mi mente corre a toda velocidad, buscando desesperadamente una ruta de escape, un arma improvisada, cualquier cosa. Mi cuchillo multiusos parece una broma ridícula contra esta... cosa. Mi habilidad para manipular Ecos... ¿puede funcionar contra una criatura que parece ser la encarnación misma de la ausencia de Ecos, un vacío psíquico andante?
El Cazador comienza a avanzar hacia mí. No corre, se desliza sobre el suelo polvoriento con una gracia inquietante y amenazadora, cerrando la distancia entre nosotros. Sus dedos como agujas se flexionan y chasquean suavemente.
Miro a mi alrededor frenéticamente. Estanterías rotas. Cristales de datos esparcidos por el suelo. ¿Podría usar el entorno? Recuerdo cómo provoqué una sobrecarga en la estación de tránsito para escapar de los Patrulleros de Chatarra. ¿Podría hacer lo mismo aquí? ¿Activar uno de los cristales de datos más potentes, crear una distracción, una explosión de energía psíquica que lo desoriente?
Mis ojos se fijan en una gran esfera de cristal verde que brilla intensamente en una estantería cercana parcialmente derrumbada. Recuerdo haberla sentido antes: su Eco era de poder biológico, de crecimiento descontrolado, casi canceroso. Es peligroso, pero quizás...
Me concentro en la esfera verde, extendiendo mi sensibilidad, intentando tirar de su energía, agitarla, provocar una reacción violenta...
Pero el Cazador es increíblemente rápido.
Antes de que pueda siquiera empezar a manipular el Eco del cristal, se lanza hacia adelante con una velocidad que desafía su tamaño y forma. Apenas tengo tiempo de levantar los brazos instintivamente para protegerme la cara cuando la criatura me alcanza.
No siento un impacto físico, no como un golpe o una embestida. Siento una oleada de frío glacial que me atraviesa el cuerpo, como si me hubieran sumergido en nitrógeno líquido psíquico. Mi sensibilidad a los Ecos se apaga instantáneamente, como una vela extinguida por un viento helado. Mis músculos se agarrotan, se bloquean. Caigo al suelo como un muñeco de trapo, mi cuerpo paralizado, mi respiración convertida en jadeos cortos y dolorosos en el aire frío.
Estoy indefenso. Completamente a su merced.
Transmisión recibida: 4/17/2025
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