Yazco en el suelo frío y polvoriento de la Biblioteca Rota, mi cuerpo completamente paralizado por el ataque psíquico del Cazador. El frío que me invadió ha apagado mi sensibilidad a los Ecos, dejándome ciego a las corrientes de energía que normalmente percibo, pero puedo ver y sentir físicamente. Y lo que veo es aterrador.
El Cazador se cierne sobre mí, una figura de pesadilla recortada contra la tenue luz de los cristales. Sus múltiples ojos rojos me examinan con una curiosidad fría y desapasionada, como un entomólogo estudiando un insecto particularmente interesante antes de clavarle un alfiler. No hay malicia en su mirada, ni ira, solo un propósito frío y alienígena.
Siento de nuevo esa sonda mental penetrando mi conciencia. Pero esta vez es diferente a la del capullo orgánico. No es inquisitiva, no busca simplemente información. Es... posesiva. Hambrienta. Siento cómo hurga bruscamente en mis recuerdos recientes, en mis miedos más profundos, pero su enfoque principal es claro. Se centra como un láser en la resonancia, ahora apagada pero aún presente, del mapa estelar y del libro de los Arquitectos que llevo ocultos bajo mi túnica. Siento su interés, su necesidad de poseerlos.
Artefactos interesantes, resuena de nuevo la voz fría en mi mente, confirmando su objetivo. Fuentes de gran perturbación. Deben ser... contenidos.
Contenidos. No destruidos. No estudiados. Contenidos. ¿Qué significa eso para el Cazador? ¿Encerrarlos? ¿Absorberlos? La palabra tiene un matiz ominoso, final.
Entonces, una de las manos del Cazador, larga, delgada, con dedos como agujas de obsidiana, se extiende lentamente hacia mi túnica. Hacia donde siento el peso reconfortante pero ahora terriblemente peligroso del mapa y el libro.
El pánico me inunda. Lucho desesperadamente contra la parálisis que me atenaza. Intento moverme, gritar, hacer algo, cualquier cosa. Pero mis músculos no responden. Están bloqueados, congelados por el anti-Eco de la criatura. Solo puedo observar con un horror impotente cómo esos dedos afilados se acercan, a centímetros de mi pecho, a punto de arrebatarme los artefactos que podrían ser la clave para entender todo, para salvar o destruir este mundo roto.
Voy a fallar. Después de todo lo que he pasado, voy a perderlo todo aquí, en el suelo de una biblioteca muerta, a manos de una sombra con ojos rojos. El conocimiento no me ha protegido. La independencia no me ha salvado. Estoy a punto de ser... contenido.
Transmisión recibida: 4/17/2025
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